¿Somos conscientes de los alcances del sonido.?

Estamos siempre creando, produciendo y emitiendo vibraciones y ese es nuestro estado energético, todo lo que emitimos repercute sobre nuestros sentidos, sobre nuestros centros  sutiles, y esas vibraciones, pueden ser percibidas… podemos percibir las cosas por vibraciones. Muchas veces una situación se está aproximando y nosotros sentimos de lejos la vibración. Una persona está llegando, y sentimos esa vibración. Este sentido desarrollado, es muy importante cuando trabajamos acompañando y ayudando a otros en un proceso, porque conocemos el estado de una cosa por lo que emite. No por lo que está pasando, o por lo que sabemos de la persona. Ella emite una vibración y lo que emite es lo que muestra su estado. Esto que emitimos, influye en nuestra aura, influye en nuestros centros sutiles y en nuestros cuerpos físico-emotivo y mental.

Cada fuerza  o vibración que se mueve en nuestro interior, produce un sonido que no podemos oír con los oídos físicos, pero con los oídos internos podemos percibir ese movimiento de  fuerzas internas. Entonces cuando nuestra mente, está en un movimiento positivo, cuando está buscando un contacto con una vibración superior, produce un sonido dentro de nosotros, y nuestro oído interno puede oír, puede reconocer este sonido, y podemos percibir el trabajo de nuestro pensamiento, por el sonido que emite internamente, o nuestro sentimiento y así nos vamos familiarizando con este sonido. A una cierta altura, estos sonidos, no van a tener como parámetro, o como guía los sonidos de la tierra, porque los sonidos terrestres son sonidos físicos, suceden en el planeta, son  propios del planeta, de su rotación. Estos sonidos terrestres evocan en nosotros vibraciones terrestres y para poder estar en contacto con otras vibraciones más sutiles, se necesita que comencemos a producir otros sonidos que no sean de la tierra. Por más que nuestra conversación sea de cualidad, siempre va a ser física, son cuerdas vocales físicas emitiendo sonidos, tenemos que trascender estas emisiones y a través del uso de estos sonidos terrestres, podemos evocar los otros sonidos.

Entonces, si cantamos con la voz física si entonamos una notas físicas, o si tocamos un instrumento, que son todos sonidos materiales de la tierra. Si colocamos ahí toda nuestra intención, todo nuestro amor, en nuestros sonidos terrestres, en el de los instrumentos, si colocamos ahí esta intención más elevada, que no es de estar solo aquí… comienza a entrar otra vibración. Y aunque esta vibración no pueda ser demasiado modificada por nuestra voz, o que no transmute  tanto esos sonidos terrestres, (porque los sonidos terrestres tienen un límite para volverse armoniosos, sutiles), igualmente, podemos dar todo para que ellos sean de la máxima armonía posible, de la máxima calidad posible. Esto tiene que ver mucho con nuestra intención  y nuestras cuerdas vocales y los instrumentos responden a esto. Cuando estos sonidos terrestres, materiales, de cantos, de instrumentos, de movimientos son emitidos con el agregado de nuestra intención, ellos apuntan a la máxima calidad que es posible en estos planos, ahí comienzan a surgir los sonidos internos, un trabajo interno, una música interna, la voz interna, un movimiento interno, y empezamos a percibir todo esto. Y el máximo trabajo vibratorio que podemos hacer aquí, en el nivel físico, en la parte externa del planeta, usando esos sonidos externos, esas vibraciones externas, es colocar en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo lo que cantamos, en todo lo que emitimos, esta intención, esta búsqueda de estar en un estado más elevado.

Debemos hacer este esfuerzo para estar emitiendo algo mas elevado, las palabras pueden ser las mismas, el canto puede ser el mismo, la música la misma, pero si tiene detrás esta intención, si hay una vibración que está más allá de la física, esto va a afinar más este plano material, tratemos de hacer lo máximo posible, tratemos de llegar al límite de la afinación, de la armonía, del orden, de la alegría, del amor y esto es lo que vamos a ir transmitiendo en esos sonidos materiales, y así, comienza a suceder otra sintonía, otra voz, otra música, otro instrumento, todo esto, en los planos más sutiles, en los planos internos. Entonces cuando tocamos un instrumento, estamos siendo un emisor interno, porque nuestra intención, ya sea con una flauta, o con cualquier instrumento musical, porque los instrumentos no consiguen emitir todo lo que podrían emitir,  tienen un limite y nosotros también… entonces trascendemos esos limites reproduciendo aquellos sonidos en los planos internos, en los planos sutiles… (Estamos tocando aquí, esto está sucediendo aquí, mas, en los planos internos, aquello está siendo recreado).

Entonces existe un trabajo de sonidos que es a partir del sonido que se hace aquí, y que cuando llega a un determinado límite que aquí no puede pasar, este trabajo se transfiere, se traslada para los planos internos y esto comienza a suceder allá. Este es nuestro papel, si estamos trabajando con vibraciones, estamos emitiendo aquello con sentimiento, con nuestra intención, con nuestra búsqueda de perfección, todo esto entra en aquella emisión, todo es parte de aquel sonido, esto imprime un estímulo en el instrumento que estamos tocando, da una vibración mas potente para nuestra voz, para nuestras cuerdas vocales. Potente no es hablar alto, no es gritar, es atender al otro, es llegar al otro para crear algo positivo dentro, que viene al encuentro de aquello que su alma está buscando. Ahí estamos en una actividad musical superior: con música, instrumentos, coro,  canto, todo tiene que llegar hasta el máximo limite de nuestra oferta, de nuestro orden, de nuestra precisión, de nuestro amor, de nuestra devoción, y así se llega a tocar otros mundos, otros niveles vibratorios y esos mundos responden e introducen allí cura, armonía de planos superiores. Entonces, una actividad musical, aunque sea material, tiene otro efecto, hace otro trabajo, está vibrando en nuestros planos internos, está suscitando nuestros sonidos, está suscitando movimientos en nuestros planos de consciencias, en nuestros niveles de consciencia, está creando realmente armonía.

Tendríamos entonces que ocuparnos más de nuestras vibraciones, de nuestras intenciones: lo que importa es lo que emitimos.  Aunque no estemos haciendo específicamente nada, estamos emitiendo cosas, nuestra aura emite, nuestro cuerpo etérico está emitiendo. Tendríamos que tener esto muy presente, porque el planeta, necesita cada vez mas de ese trabajo de armonía. Entonces tendríamos que comenzar a percibir en nuestra consciencia, el valor de todo esto, para que después esto no quede solo limitado a los momentos en que nos reunimos para cantar o para tocar. En esos momentos que nos reunimos como grupo para tocar o cantar, es para que consigamos percibir esta vibración, para que comencemos a percibir, como nuestro estado puede cambiar durante el canto, o después de haberlo oído, o participado, tenemos que observar esto, estar percibiendo, mas, para esto, tenemos que estar involucrados, no solo estar oyendo. En un trabajo así, si alguien está cantando, si alguien está tocando un instrumento, si está habiendo un trabajo de sonido en el plano físico, estamos participando, estamos recibiendo aquella vibración, estamos receptivos a aquella vibración, y tenemos que percibir, qué está haciendo esta vibración en nuestro sistema, qué está pasando en nuestro sistema. Entramos en sintonía con aquello, comenzamos a trabajar junto con aquello, entonces, tenemos un coro cantando ahí, nuestro sistema entra en aquello, nuestro sistema afina con aquello, y nuestro sistema se torna una sola vibración, ellos emiten en el plano físico y nosotros en el plano interno, en los planos sutiles. Nuestra emisión sutil, nuestra emisión interna, comienza inmediatamente después que comenzó la de ellos. Comenzando la de ellos, sintonicémonos con nuestro nivel más alto, con el propio nivel más elevado, y si no está muy accesible, afinemos con lo que esta viniendo de las voces, liguémonos a lo que está viniendo de los instrumentos, unámonos, porque ahí nos elevamos. Entonces aquello está trabajando en la vibración física, externa e  internamente, en la misma sintonía.

Debemos entrenarnos conscientemente en esto, si uno canta, o  toca un instrumento No es para que otros oigan o para que nos vean, o para distraerlos. Ahí tiene que haber, desde el punto de vista del sonido, del punto de vista de la vibración, del punto de vista evolutivo, debe haber una unión del trabajo del sonido externo, del sonido material, con lo que puede suscitar dentro de nosotros, y comenzar a emitir otro sonido, de vibración interna. La parte interna, se va tornando cada vez más amplia, poderosa, y esto crea un núcleo vibratorio, crea un clima, un estado sonoro, lleno de espíritu, lleno de ofrecimiento, de amor, de intención, lleno de alma. Porque lo que nosotros cantamos, tanto la letra como la música material, debe llevarnos para esos estados del alma, para esos estados sutiles, para esta sintonía. Y esto queda ahí después. Cuando termina el coro, la música material, cuando termina la reunión cuando todo ya se desarrolló, esto continúa, esto prosigue, no se disuelve, y lo que continúa dentro de cada uno, sigue trabajando, sigue actuando.

Tenemos entonces una tarea más consciente de aquí en adelante, mas clara a realizar con el sonido, y así los trabajos de esos grupos de armonía, no se restringirán a los momentos de ensayo, de canto o de reunión. Cada reunión, es una gran oportunidad para ser elevado, estimulado, armonizado, alimentado… y así cada reunión, va a tener una sintonía mas elevada.  Las reuniones, sirven para mantener esta continuidad sonora, para garantizar que este sonido interior, sutil, que esta armonía interna, no decaiga nunca en el trabajo del grupo. Cuando aquello comienza en los planos internos a disolverse, o comienza a disminuir, viene una reunión para reestructurar aquello, para dar un nuevo impulso, y hasta la otra reunión, aquello quedó trabajando. Ahora, lo que queda trabajando, impreso en el éter planetario, o en el astral, vivo, como color, como forma armoniosa en el mental, esto que queda en esos planos, tiene que seguir siendo energizado, tenemos que mantener aquello, fuerte, vivo, sonoro, armonioso, y eso es lo que se hace en cada reunión, sea de ensayo, de cánticos. Pero si estamos pensando en mundos distantes, si nuestra consciencia está pensando en el orden, en la armonía del infinito o en otros mundos donde no hay guerras, donde no hay fuerzas involutivas, si estamos con la consciencia en esos planos, en esos mundos, este trabajo es perenne, este trabajo se va manteniendo, este sonido permanece y así comienzan a atraer cada vez mas las vibraciones de otros mundos y de otros planos mas elevados.

Entonces cuando se preguntan que podemos hacer ante los acontecimientos de la superficie de la tierra cada vez más urgentes… cual es nuestro papel…   Delante del sonido, tenemos un papel, como ante un color, ante las formas que emitimos, delante de todo, delante de la vida, mas, con estos instrumentos que tenemos como mantras, música, coros, instrumentos musicales, con todas estas llaves que tenemos en las manos, tenemos que estar delante de estas manifestaciones físicas, estar lo mas conectados posibles, con nuestros niveles mas internos, mas sutiles, con nuestros movimientos interiores para que esto no se disuelva, para que permanezca, para que el trabajo hecho vaya mas allá de lo que se hace en una sala,  en un lugar o para un grupo, para que la energía del trabajo quede en el espacio, que entre a formar parte de otras ondas sonoras positivos que estarán siendo creadas por otros individuos en otras partes también, debemos invocar en nosotros  pensamientos, movimientos, voces, sentimientos y acciones, siempre con nuestra intención mas elevada .

Existe una fraternidad sonora, existe una unión entre seres, que producen sonidos de la misma vibración, de valor semejante, sonidos conectados con la fuerza de la evolución, que trabajan con el sonido para la evolución. Existe una fraternidad en esto. Y no podemos saber que puede crear esta fraternidad ni hasta que punto ella puede servir, no sabemos donde puede llegar esta hermandad del sonido elevada, convocada, llamada, por atracción hacia donde está la necesidad planetaria pero si debemos ser conscientes que este conjunto de sonidos que estamos emitiendo, está ahí haciendo algo, armonizando los planos internos, los planos sutiles…

Vamos entonces a ofrecernos para esa hermandad del sonido  y que las ondas vibratorias sean conducidas donde fueran necesarias y donde puedan hacer lo mejor.  Este debe ser  nuestro ofrecimiento en este momento. Basta que lo hagamos con toda consciencia y que vaya a donde pueda ser útil. Y ahí dejaremos al sonido liberado de cualquier condicionamiento humano y mental. Entregamos esto, para toda la hermandad de los sonidos de los cuales son parte los pájaros, el viento, y tantos otros sonidos externos e internos. El papel de los grupos de armonía, el papel de Coral, del grupo de Mantras, forma un solo grupo y están al servicio de la armonía. El papel de estos grupos es hacer este trabajo, evocar esta vibración superior a través del canto, de los sonidos, a través de la música. Y cuando estos grupos se reúnen y cuando estamos integrados en esos grupos, nuestros ofrecimientos están reunidos, están sumados, y esto tiene mucho más fuerza.

El sonido emitido es siempre acompañado de una fuerza que desciende de lo alto, por lo tanto trae fuerzas de  la consciencia superior cuando está representado por nuestra intención positiva y desciende cada vez más a los planos densos.  Cuando ésta fuerza desciende, trae quietud, trae paz que nosotros las reconocemos después. Podemos no estar oyendo estas fuerzas, podemos no estar oyendo esto en forma de sonido, pero lo recibimos en forma de paz, de quietud. La paz y la quietud que suceden cuando esto desciende, es la señal para los que no son sensitivos, para los que no pueden oír un signo, o que no pueden sensiblemente estar viendo estas señales, pero como paz y quietud, esto desciende para todos. Entonces en el momento en que comenzamos a sentir esta paz, esta quietud, tendríamos que adherirnos a esto y no abandonarlo.

 En un principio esta fuerza desciende y permanece junto a nosotros por poco tiempo, por algunos momentos, pero si  continuamos con esta evocación, si continuamos con este alineamiento, si nuestros sonidos internos, si nuestro oído interno continua llamando esto, esta paz y esta quietud se va estableciendo, cada vez mas en nosotros. Y cuando esto ocurre, tenemos un contacto más permanente, más estable con esta armonía superior, con esta calma superior, con esta paz superior.

Esta paz y esta armonía, a medida que van instalándose forman parte de nuestra consciencia.

Cuando esto sucede  nuestra consciencia ya  no oscila tanto, no se distrae, aunque esté enfocada en varias cosas que le atraen, esta paz y esta quietud, permanecen. Y aunque tengamos que tener un gesto, un acto, un movimiento más brusco, más fuerte, más poderoso, en esos momentos esa paz y esa quietud no se disuelven, no se apartan, podemos estar actuando en todo momento pero la paz, la quietud, la tranquilidad y la armonía está incluida ahí, presentes.  Esta fuerza que desciende como  paz y quietud, esta consciencia que desciende, entra en nosotros etéricamente y físicamente también, no queda solo en niveles abstractos, penetra en nuestro mecanismo físico etérico, entra en nuestra vida, entra por la cabeza, por nuestra parte mas alta y permea todo el cuerpo, abre, estimula, todos nuestros pequeños centros de energía, así podemos percibir si esta fuerza o si este sonido entró en nosotros, porque todo nuestro cuerpo es estimulado, todo entra en esta paz, todo entra en esta quietud, no queda ninguna área del cuerpo afuera. Nuestra cabeza, es considerada como una puerta de entrada sagrada para que estas energías desciendan en nosotros y  noten que el sonido ayuda a esto.   Hay sonidos emitidos por ciertos instrumentos o por ciertas voces, que abren esta parte superior, descienden por ahí y nos dejan percibir todo lo que sucede en nuestro cuerpo. Hay sonidos que nos ayudan. Entonces vean que trabajo tenemos con el sonido.  Para trabajar con esto, considerando a la cabeza como una puerta de entrada, también consideramos a nuestra columna, a las bases de nuestros centros, otras puertas de entrada y circulación de estas cosas. Si tenemos en cuenta a la columna, y a las bases de nuestros centros, cambiamos la forma de caminar, la forma de sentarnos, cambia nuestra postura, porque esta energía  entra  y no penetra solo lo físico manteniéndonos erguidos, derechos, armoniosos, verticales, para arriba, sino que lo hace también con nuestro ser, con nuestra consciencia, con nuestro modo de ser, con nuestro carácter, con todas nuestras cosas. El descenso de esta energía  nos trae alegría a nuestras células. Alegría, no es solo una cosa que sentimos con sentimiento con nuestra consciencia, nuestras células también sienten alegría, participan de esta alegría, y la alegría de las células es recibir esta fuerza, es recibir esto, porque ahí la célula se reconoce, se identifica con esta energía  luminosa, con nuestra propia luz.

Entonces los sonidos se unen con los sonidos del planeta y ahí nuestro trabajo, nuestra emisión, nuestra vibración está con una capacidad de dirigirse a puntos distantes del planeta hasta en el sentido físico. Entonces vamos a tener estos sonidos materiales, vamos a acoger estos sonidos materiales con un mayor conocimiento de lo que esto produce, vamos a dejar que esto nos penetre, vamos a tener todo esto presente para que este sonido haga un trabajo mayor, para que esto pueda penetrarnos mas y para que podamos ser mas armoniosos, para que podamos ser más sonoros, firmes en la dirección de la armonía, de la paz, de la serenidad, en fin, de todo esto que está faltando en el planeta.

 Hoy estamos frente a este despertar de los sonidos, delante de una nueva consciencia, dentro de un servicio planetario, así que cuando comenzamos el trabajo con el sonido, cuando el sonido comienza a ser creado, cuando comienza a materializarse, debemos comenzar a tomar consciencia de los movimientos internos que hacemos, de lo que emitimos, de lo que sucede y prestar  mas atención de cómo estamos emitiendo el sonido… El trabajo individual o grupal  con el sonido es muy importante, para localizarnos, focalizarnos, dirigir nuestra voluntad, nuestra energía, nuestra aspiración, nuestra entrega al desapego por todo lo personal, y tratar de lograr que todos los que formamos pequeños grupos de sintonía alrededor del mundo  seamos  parte de un grupo mayor, dentro de un movimiento mayor, donde la redención de nuestro planeta es posible, donde esta evolución es posible con felicidad, salud y armonía.

Rosa Puerto

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *