CUANDO LA FURIA FEMENINA SE TRANSFORMA, DESPERTAMOS.

 “Cuando las mujeres durmientes se despiertan, las montañas se mueven”

La furia femenina es un estanque fundido en el núcleo del ser, un secreto ferozmente guardado. Sabemos como mujer de poderosos sentimientos, que esta entrelazado en esta red de furia. Es un hilo eléctrico tejido en cada tapiz del mundo emocional sobre el que estableces los fundamentos de tu vida: aguas termales hirvientes a punto de entrar en erupción en cualquier momento, saltando de tu conciencia como un fuego en el paisaje. Entrenar esta furia con precisión, más que negarla, es  una de las tareas más importantes en la vida de una mujer.

Recuerdo a una querida amiga que me decía que cuando me enfurecía estaba hermosa, poderosa, vibrante y muy presente.

Y es cierto, con los años me di cuenta después de muchas experiencias, trabajo interno y externo, que mi poder estaba encarcelado. Tenía miedo de mostrar mi furia y mi fuerza, porque creía que no me amarían.

La mayor parte del tiempo vivimos ahogando una parte interna que desea salir a la superficie, ventilarse, respirar para que nosotras aprendamos a vivir en paz con todas nuestras contradicciones.

La verdad es que ahora me encanta haber encontrado a mi furia y haberla conocido, saboreado. Es una furia que me ayuda a interpretar de forma diferente todas mis proyecciones.

También encontré en este camino la furia de muchas mujeres, enterrada debajo de la historia de los vencedores en las leyendas. Esa furia que nace de haber sido la mitad del mundo sistemáticamente odiado por la guerra, por la miseria y la desesperanza.

Es una furia que la mayoría de la mujeres llevamos profundamente en el inconsciente colectivo. Una furia que recuerda los que ignoraron, los que prohibieron, los que ocultaron y mintieron, los que santificaron la sangre desparramada de las mujeres del mundo. Los que siguen mirando desde sus altares, sus podios, sus balcones reales y presidenciales, el espectáculo de las mujeres recogiendo los restos de sus niñas con las manos cortadas.

Esta furia que acompaña profundamente la psique femenina, ojalá no se vaya nunca y que no se aleje de mi palabra y de mi pie, pero que se mueva y me arrebate para contagiarla como un fuego. Ojalá que se quede conmigo para poder expresarla creativamente, para pintarla en todas las paredes, para que suene como el grito de las mujeres que no pudieron defenderse, las que siguen llorando a sus muertos, las que caminan y siguen a pesar de su dolor, las que no tienen palabra……

Esta furia es algo bueno. Es algo limpio y sin miedo. Es una buena manera para empezar a caminar otra vez, para verme como alguien a quien ya había olvidado. Y es un alivio.

Si es un alivio porque para perdonar y reconstruir hay que sentir, liberar y entender.

¿Qué podemos  hacer para poder transformar nuestra furia?

Primero definirla y entender que regalos nos trae.

La furia es un instinto básico, que sirve para protegernos. La furia y la rabia son emociones normales y saludables. Son sentimientos que afectan a todo el cuerpo y podemos observar que historia nos quieren contar.

Evidentemente podemos sentir la furia sin expresarla directamente. Está bien experimentar sentimientos de furia por todo el cuerpo, sabiendo que podemos trabajarnos la furia y transformarla en una energía positiva.

La furia es un indicador de cuando alguien se ha interpuesto en nuestro camino o nos está explotando. La furia también nos señala cuáles son nuestras creencias y valores. Nos indica que estamos viva, que somos  personas saludables y capaces de experimentar sentimientos.

La segunda seria Identificar  lo que desencadena tu furia

¿Cuáles son tus miedos? Compáralos con los sentimientos y emociones recogidos en la historia de tu furia; quizás aparezca el miedo al abandono, la inseguridad económica, la falta de poder, la imperfección o el fracaso.

¿Se repiten estos temas en tu vida? Para descubrir lo que te atemoriza y en qué situaciones se desencadena, hay que preguntarse cada vez que estés enfadada……….. ¿Por qué motivo me siento amenazada? ¿Una mirada? ¿Un comentario? ¿Una crítica? ¿Una injusticia social? ¿Me siento amenazada por un alguien? ¿Por la acción de un alguien? ¿Por mis propios sentimientos internos?

Cuando comenzamos a explorar lo que provoca nuestra furia, descubrimos una larga historia que gira en torno normalmente al mismo problema.

¿Cómo transformarla?

Más de una vez he oído a mujeres decir… ”Cuando me siento furiosa, sé que estoy viva y sé que algo va a cambiar” otras creen que esta furia les da una fuerza que las hace sentir capaces de realizar hazañas increíbles, otras lo experimentan como una energía de fuego que las quema internamente.

Esto son maneras diversas de percibir la apertura de la furia para transformarla en energía, determinación, fuerza, vigor y acción.

La rabia o furia femenina nos muestra un mensaje poderoso a todas:

La rabia forma parte de nuestra propia naturaleza.

Las mujeres del siglo XXI tanto del mundo artístico, literario o espiritual todas ellas de forma distinta explican por qué la furia impregna la vida de las mujeres y por qué necesitamos darnos cuenta de ello.

Recuerda……….Cuando una es una extraña para sí misma, también lo es para los demás.

Rosa Puerto

Pintura -autora Rosa Puerto Titulo “liberando la furia a través de la tierra” 2009

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