“Y recuerda, todas tropezamos, todas y cada una de nosotras. Por eso es un consuelo ir cogidas de la mano”
E.K. Brough
Las sociedades siempre han practicado algún tipo de ceremonia. Nuestros ancestros celebraban eventos como la luna llena, los solsticios, las cosechas y la siembra. Bodas, funerales y bautizos son ejemplos de otros rituales que se han practicado durante más de cien años. Son actividades que a menudo combinan la reverencia, gratitud y el honor. Para la mujer actual, realizar una ceremonia tiene la capacidad de evocar en ella amor propio y un reconocimiento positivo. En la intimidad de nuestras casas, o en la naturaleza, podemos celebrar la vida.
Es mi creencia y experiencia de que si hacemos honor a nuestra energía femenina a través de reuniones, ceremonias, circulos o rituales llegaremos a un mejor conocimiento de nuestro ser interior.
A través de la ceremonia, podemos sanar nuestro espíritu y en muchas ocasiones crear nuevas realidades simplemente escogiendo como percibir los eventos en nuestras vidas. Al cambiar nuestra percepción, nos podemos abrir a fantásticas posibilidades y acontecimientos magníficos con beneficios realmente duraderos.
Cada mujer puede glorificar todas sus circunstancias y manifestar una existencia única satisfactoria con la celebración de eventos de su vida que tal vez nunca se dio cuenta eran dignos de reconocimiento. En soledad, puede realizar ceremonias que la liberaran de emociones reprimidas, calmar viejas heridas, nutrir su espíritu femenino y hacer actos de celebración para su ser.
Mi deseo es que todas las mujeres aprendan solas o en compañía a aprender a considerar y valorarse a sí mismas como seres divinos.
Tanto si eres adolescente, adulta, estas a punto de ser madre, o ya lo eres, casada, soltera, divorciada, viuda, abuela…..estés donde estés en tu proceso aprendas a amar, compartir, celebrar y nutrirte de lo que significa abrazar lo Femenino en su totalidad.
Siento que es especialmente importante para aquellas que se embarcan en un nuevo camino y que se sienten inseguras en él, no saben lo que valen y no se aprecian.
Las ceremonias serán para ellas al igual que para mujeres de todas las edades un espacio que las asistirá en sus aventuras en la vida.
Como adultas, tenemos la oportunidad de evolucionar y volvernos más fuertes, y sabias cuando incorporamos el acto de la ceremonia en nuestras vidas. A través de la ceremonia podemos aprender a cerrar procesos en ciertas situaciones, alabar nuevos comienzos, la llegada de alguien a nuestras vidas, expandir nuestros horizontes y reconocer nuestra hermandad como mujeres, abriéndonos al despertar espiritual que esto conlleva.
Todas tenemos la habilidad de manifestar resultados positivos en nuestras vidas. Al escoger percibir todos los cambios vitales como positivos, como procesos naturales, podemos realmente dar un giro que eleve cualquier situación; de esta manera aprendemos a celebrar la vida!